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jueves, 4 de diciembre de 2014

John Maynard Keynes

John Maynard Keynes
Economista inglés (Cambridge, 1883 - Firle, Sussex, 1946). Recibió una educación de elite en Eton y Cambridge, orientándose hacia la economía por consejo de su maestro, Alfred Marshall. Tras un breve periodo trabajando en el servicio administrativo británico para la India, en 1909 entró como profesor en el King's College de Cambridge, donde enseñaría economía hasta su muerte. Fue un hombre de vasta cultura, un humanista erudito y de prosa exquisita, gran orador, contertulio y mecenas de intelectuales y artistas; pero también fue un hombre de mundo interesado por los asuntos políticos y por la economía práctica, dedicando parte de su tiempo a negocios ajenos y propios con los que llegaría a hacerse millonario.


Todos sus escritos económicos fueron respuesta a problemas acuciantes de la economía de su tiempo. Así, como fruto de su trabajo en la Administración colonial, escribió La moneda india y las finanzas (1913). Las consecuencias económicas de la paz (1919) fue resultado de su participación como representante del Tesoro en la delegación británica enviada a negociar el Tratado de Versalles después de la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial (1914-18); Keynes dimitió de aquel cargo para mostrar su desacuerdo con las duras condiciones impuestas a los vencidos y escribió este libro para argumentar que tales condiciones, fruto de un espíritu de venganza, serían imposibles de cumplir y conducirían a la ruina económica de Alemania, con graves consecuencias para el resto del mundo.
Desgraciadamente, el tiempo demostró que sus previsiones eran acertadas, y Keynes volvió sobre el tema en Una revisión del tratado (1922). Las cuestiones monetarias siguieron atrayendo su atención en elTratado sobre la reforma monetaria (1923) y el Tratado sobre el dinero (1930), en donde criticó respectivamente la adhesión al patrón oro y la teoría cuantitativa de la moneda.

Pero su obra decisiva fue la Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero (1936), con la que dio una respuesta definitiva a la grave depresión económica desencadenada en todo el mundo a partir del crash de la Bolsa de Nueva York de 1929. Retomando intuiciones olvidadas de los teóricos del subconsumo (como Malthus), Keynes indicó que la causa de la crisis era la insuficiencia de la demanda, debida a la creciente propensión marginal al ahorro de las sociedades desarrolladas (esto es: que a medida que aumenta la renta, es mayor la parte de ésta que se destina al ahorro y menor la que se dedica al consumo, con lo que una parte de la producción no encuentra comprador).
En su opinión, el desempleo así originado no podía remediarse únicamente con medidas monetarias. La debilidad del consumo privado sólo podía remediarse incrementando el gasto público en periodos de recesión, haciendo que el Estado incurriera en un déficit para crear demanda adicional. La importancia de los puntos de vista contenidos en aquel libro fue tal que fundó toda una rama de la teoría económica moderna, lamacroeconomía, dedicada a explorar las relaciones entre los grandes agregados de la renta nacional.
Tras vencer las resistencias conservadoras de la ortodoxia liberal, la «revolución keynesiana» fue penetrando en el mundo académico y en las políticas económicas de los países: influyó quizá sobre el New Deal de Franklin D. Roosevelt, pero fue sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial (1939-45) cuando se extendió como una nueva ortodoxia, determinando las políticas económicas de todo el mundo occidental durante más de tres décadas de crecimiento sostenido. Los partidos conservadores y liberales se sumaron a esta política capaz de devolver la estabilidad al sistema capitalista después de los sobresaltos del periodo de Entreguerras; e incluso los socialdemócratas la aceptaron con entusiasmo, en la medida en que justificaba la intervención del Estado en la economía y el crecimiento del sector público.
El prestigio alcanzado por Keynes fue tal que el rey Jorge VI le nombró barón en 1942, ingresando en la Cámara de los Lores. Al final de su vida ejerció una influencia directa sobre la política económica de su país como director del Banco de Inglaterra y asesor del ministro del Tesoro. En 1944 presidió la delegación británica en la Conferencia de Bretton Woods, donde contribuyó a dar forma al Fondo Monetario Internacional.


Aportes Económicos

Keynes fue un defensor de la intervención estatal. El británico sostenía la viabilidad de las políticas fiscales y monetarias activas, que tenían como efecto contrarrestar las perturbaciones de la demanda privada. En otras palabras alentaba la participación estatal.
Por lo tanto, el Estado utiliza medidas fiscales y monetarias con el objetivo de acotar los efectos de una recesión o de las fluctuaciones cíclicas de la actividad económica.
A pesar de las múltiples aportaciones que ha propiciado a la economía mundial, su obra más importante ha sido la Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero. Esta obra se convirtió en una revolución para aquellos años, ya que desafiaba el paradigma económico más influyente.
Keynes expone su teoría que se basaba en la noción de demanda agregada para explicar la variacion general de actividad económica. Según su teoría, el ingreso total de la sociedad está definido por la suma del consumo y la inversión; y en una situación de desempleo y capacidad productiva no utilizada, “solamente” pueden aumentarse el empleo y el ingreso total, incrementando primero los gastos, sea en consumo o en inversión.
La cantidad total de ahorro en la sociedad es determinada por el ingreso total y, por tanto, la economía podría alcanzar un incremento del ahorro total, aun si las tasas de interés se bajaran para estimular los gastos en inversión.
Una de los motivos que lo enfrentaban con los economistas más influyentes del momento fue la defensa que hizo de la participación del Estado en políticas económicas para estimular la demanda en tiempos de un alto nivel de desempleo (gastos en obras públicas).
Las formulaciones de Keynes fueron tan importantes que influyó en el New Deal de Franklin Roosevelt, quese basaba en una política de gasto deficitario.

Un “delirante” para algunos, Keynes sostenía que la causa real del desempleo era el insuficiente gasto en inversión.

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