María Teresa Mirabal (15 de octubre de 1935 – 25 de noviembre de 1960) fue un de las hermanas asesinadas por el dictador dominicanoRafael Leónidas Trujillo.
Su indignación por la tiranía trujillista fue a tal grado que no dudó en ser una de las mujeres que en enero de 1959 confabularon en la residencia de Guido D’Alessandro (sobrino político de su hermana Minerva) para sentar las bases de lo que más tarde sería el Movimiento Revolucionario 14 de Junio con el que se derrocaría la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo el 30 de mayo de 1961 en República Dominicana.
Asistió a la escuela Colegio Inmaculada Concepción de La Vega después que sus hermanas ya se habían graduado. En 1954, se graduó del Liceo de San Francisco de Macorís en matemáticas y luego siguió con sus estudios en ese sujeto en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. El 14 de febrero de 1958, se casó con el ingeniero Leandro Guzmán y el 17 de febrero de 1959 nació su hija Jaqueline. María Teresa admiraba a Minerva y se envolvió en las actividades políticas de su hermana.
Viacrucis en la dictadura
El 20 de enero de 1960, la detuvieron en una base militar en Salcedo, pero la liberaron ese mismo día. Dos días después, el 22 de enero, ella y Minerva fueron detenidas y llevadas a La Cuarenta, la infame cárcel de tortura, y luego fueron transferidas a La Victoria.
Las dejaron en libertad el 7 de febrero de 1960, pero el 18 de marzo María Teresa y Minerva fueron arrestadas de nuevo y llevadas a La Cuarenta. Su condena de cinco años fue rebajada a tres años en apelación. Las dos hermanas fueron dejadas en libertad el 18 de agosto de 1960.
Clara en sus planteamientos, María Teresa aseguraba que en la lucha “Se arriesga la vida sin pensar en posibles beneficios personales, ya que el principal motivo por el cual luchamos es la anulación completa de los privilegios [...] quizá lo que tenemos más cerca es la muerte, pero esa idea no me amedrenta: seguiremos luchando por lo justo.”
Muerte
Fue secuestrada junto a sus dos hermanas el 25 de noviembre de 1960, fueron brutalmente apaleadas y torturadas por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo.
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